Es bella esta madera. Dura. Frágil como el cristal.
Necesitaba un buen trozo para elaborar pedestales. (¡A quién se le ocurre hacer pedestales nada menos que con Lignum Vitae -Madera de la Vida!). Para pedirlo «lancé una botella al mar» con un papelito de ESPERANZA: «De 90 x 90 x 500, por favor…»
Y aquí lo tengo, gracias a muchas manos generosas y anónimas de Misiones Diocesanas. ¡Gracias hermanitos/as!