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Es una versión de «El Árbol del Sur» elaborado en Guayacan (Lignum vitae) sobre un extracto traducido de la canción «Apurtutako zatixek» de Javier Zubiaurre.Recogiendo como un niño los pedazos rotos.Las partes más heridas, dolidas y enfermasLas partes más pobres, débiles, despreciadas y arrinconadas… Recogiendo como un niño los pedazos rotos.Solo tú eres capaz, Tú solo podías hacerlo, Señor:
hacer surgir la maravilla.Solo tú, Señor, podías hacerlosurgiendo así la maravilla.
P.D.: La figura se rompió coincidiendo con la Expo-cárcel de Vitoria-Gasteiz. Un texto de la misma refleja que algo falla en la Justicia si no somos capaces de ver en un preso a un hermano herido que ha herido. Que el frenazo de la cárcel solo es justificable para la reconstrucción personal y la reparación.
Este proceso reflejado en las fotos fue presentado junto con la figura original y el texto «La inexcusable función de la cárcel».
La misericordia, siempre la misericordia. Solo Dios-Madre que es ternura, luz, misericordia, comprensión… es capaz de enseñarnos a ver en los otros (no solo en los presos) a un «hermano herido que hiere». Uno da lo que tiene; si tienes ilusión, das ilusión; si tienes felicidad, das felicidad; si tienes dolor, das dolor; si tienes odio, das odio… Así que, pidamos a Dios-Madre que nos dé sus entrañas de misericordia.
¡Gracias, Martín! Por acercarme de nuevo a Dios-Madre.
«… ver en un preso a un hermano herido que ha herido… cárcel… reconstrucción personal y reparación…»
Suena aún tan lejano, ójala no lo sea tanto.
Pues si, hermanita. La cárcel es una de las «realidades secuestradas». No es algo abstracto. Sobre unos 47 millones de personas puede haber unos 75000 presos/as + sus familias + la tira de víctimas. Y seguirá sonando lejano si no criticamos los medios para que algo cambie. ¿Crees que será adecuado que la relación de personal para curar-reconstruir frente a la de controlar esté siendo de 1 a 25?