Iroko de 24 x 24 x 20 cm.
La esfera labrada en su interior por el agujero frontal -por el que no puede salir- quiere reflejar una situación de angustia. La parte superior puede bascular sobre su base (como en unos brazos que le arropan, como el gesto que hacía Bebetto al meter un gol). Pero sigue «ahí solo»…
Esta obra fue galardonada con el premio «Blas de Arratibel» de artesanía de nueva creación.