¡Vaya gozada la de este fin de semana en el taller¡: 4 niñas -gente menuda-, acompañadas de sus padres, ¡menuda gente!
Partiendo de un dadito de madera, cada una en su dado,
nos afanamos en buscar lo que habita en su interior:
Y dentro «encontraron» corazones… esferas…
y hasta «Un Sol Encarcelado».
P.D.:
No me gustan las imágenes de niños con los ojos pixelados, así que tendréis que imaginaros su carita cuando descubrió su Sol Encarcelado…
EL ALQUIMISTA DE MURGIA
Fue algo grande. Conocer de cerca a un alquimista de verdad.
Nos concedió el preciosísimo regalo de desvelarnos su taller, sus herramientas (incluyendo ¡el padre de la novia!), su camino, los paisajes por donde ya pasó, los pasos con los que quiere continuar…
«Cada uno tiene su manera de aprender». Y él ha sido un experimentador tenaz en buscarse poco a poco, a pasitos, la suya.
Ya le conocéis. Nada de trozos de metales convirtiéndose en Oro, no se trata de un alquimista ordinario. Mucho más bello que eso. «Las cosas simples son las más extraordinarias y sólo los sabios consiguen verlas.» Él consiguió encontrar el alma del mundo dentro de la madera. Y una vez que la encontró, no dejó de buscarla y encontrarla en sus mil y una formas.
Las niñas nos preguntaban, y él, con ojitos de travieso les respondía . Y nos enseñó cómo, y hasta dejó que aquellos deditos pequeños fueran guiados por él para que cada cual encontrara su bola, su corazón, su sol encarcelado, «el alma del mundo» dentro de aquel humilde dadito de madera.
«Cuando quieres algo, todo el Universo conspira para que realices tu deseo». Con él conspiran cachos de bicicleta, trozos de microondas, exóticas semillas de Tagua, ejes de cacharros varios, … tantas cosas que se considerarían desahuciadas conspirando en una segunda vida en sus manos, para caminar con él hacia su bello sueño.
«Cuando buscamos el tesoro, nos damos cuenta de que el camino es el propio tesoro.»
Y por lo tanto, como alquimista de alquimistas, tampoco nos habló de ningún elixir de la vida eterna. El elixir que posee se bebe a sorbitos pequeñitos, día a día, segundo a segundo, y desde una grandiosa sencillez en el ser y poseer, hace vivir lo que toca vivir desde la plenitud de lo profundo.
«Nunca desistas de tus sueños. Sigue las señales». Mila esker Martín, gracias a tu corazón que sigue aquí. Gracias por las semillas que sembraste en nosotros y nuestras hijas. Por la sabiduría compartida. Un abrazo enooooorme. Hasta pronto.
Maider
P.d.: Entre comillas, citas de «El alquimista» de Paulo Coelho.
Fue algo íntimo, mágico. Hasta el hablar en voz bajita aun en medio del ruido de las máquinas…
«Nola sartu da bolatxoa?» (¿Cómo se ha metido la bolita?)
«Beti izan da barruan, zure bihotza bezala» (Siempre ha estado dentro, como tu corazón)
«Nork sartu zizun bihotza»? (¿Quién te puso el corazón?)
Zalantza batez: «Amak» (Con carita de duda: «Mi madre».
Eta amak: «Ez, nik ez dakit hori egiten» (la madre: «No, yo no sé hacer eso…»)
Y sonreí ante nuestra incapacidad de «hacer» unos ojos como aquellos (y dejando a las cosas ser…)
Eskerrik asko Maider: Oso polita idatzi duzuna. Azken finean zure begiradari buruz hitzegiten ari zara…¡Ke guapa!
Kaixo Martín,soy la mamá de Aya. Qué hermosa magia realizas,(porque esta maravilla desde luego no puedo llamarla TRABAJO). Se nota que no solo realizas tus sueños con tus manos, como también regalas expectativas y sonrisas. ¡Eso no tiene precio,sigue así!!!!
Me encantó conocer un poquito más de arte!!!!