Infarto

Repito la imagen de una entrada anterior de nombre «Herida»:

Herida

Hola amigos y amigas:

Estoy bien. Ya sabéis por Isabel y Zuriñe lo del infarto del día 18: En la cama, sentí una cosa rara en el pecho -que no fue particularmente dolorosa. (Me despistó bastante el hecho de llevar varias semanas con toses muy seguidas y también el de la cercanía de unos análisis en los que un programa de ordenador del médico me daba pocas probabilidades de algún accidente vascular en 10 años). Casi sin dolor acudí a urgencias y ellos me llevaron en volandas a hacer todo el proceso: Electro-cateterismo-Stent-UMI-planta cuatro días a cuerpo de rey-casa.

Y aquí estoy, más que asustado sorprendido, pero consciente y atento a evaluar los bueyes con los que, en adelante, he de arar.

(Desde mi bici -alguna vez ya os he hecho partícipes de mis ensoñaciones en/desde ella-, es como haberme caído, levantarme, montar de nuevo… y, mientras me empujan para ponerme otra vez en la ruta, ir evaluando qué partes de mi cuerpo me duelen… admiradme de que todavía pueda pedalear… e ir probando lo esencial de mi frágil vehículo y ver su operatividad).

Hoy me rondaba el recuerdo de trozos de un poema: «morir sólo es morir/morir se acaba…» (1)  y algún otro pasaje del mismo que bien se podría asimilar a lo que recuerdo de ese momento:

Hacia medianoche. Hacía mucho calor. Ya  en  la  tarde  había  tenido  alguna molestia muy suave en el pecho, que cesaba enseguida aumentando la sensación de estar bien. De pronto, una especie de revolcón dentro del pecho (no muy dolorosa pero con sudor frío) y una bajada radical de las pulsaciones. En esa situación inusual, extra-ordinaria, sentí un gozo suave en/con el recuerdo de algunas personas queridas (muy breve, una fracción de segundo) y, en medio de la consciencia de alguna gravedad de la situación, un diálogo curioso con la Trascendencia : «Si me mandas otro revolcón como ése, sabes que no lo podré aguantar…». También una especie de confianza: «Si me has cuidado antes… ya me cuidarás después«.

Casi sin dolor me vestí pensando: «ya verás cómo vamos a urgencias y hacemos el ridículo…»

Lo demás ya lo sabéis.

Besos, besos, besos.

Martín.

 

(1) Y entonces vio la luz (del libro «Testamento del Pájaro Solitario»)

Y entonces vio la luz. La luz que entraba
por todas las ventanas de su vida.
Vio que el dolor precipitó la huida
y entendió que la muerte ya no estaba.

Morir sólo es morir. Morir se acaba.
Morir es una hoguera fugitiva.
Es cruzar una puerta a la deriva
y encontrar lo que tanto se buscaba.

Acabar de llorar y hacer preguntas;
ver al Amor sin enigmas ni espejos;
descansar de vivir en la ternura;

tener la paz, la luz, la casa juntas
y hallar, dejando los dolores lejos,
la Noche-luz tras tanta noche oscura

José Luis Martín Descalzo

 

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6 respuestas a Infarto

  1. Josean dijo:

    Tus figuras siempre maravillosas y maravillándome.
    Tus palabras siempre llenas Vida…, como tú.
    Besos.
    Josean

  2. Elena dijo:

    Martín, re-nacido una vez más pues son tantas las veces que debemos morir para renacer…
    Gracias.
    Sigue pedaleando. Sigue dejándote adentrar en la Vida muriendo a lo que no lo es. Continúa regalándonos ese caudal de Vida que te atraviesa.
    Gracias, Dios, Vida, por derramarte en nuestro hermano Martín.

  3. Rafael dijo:

    Gracias.

    Por ser así.

    Por dejarte ser.

    Por compartirlo con nosotros.

    ¡ESKERRIK ASKO!

    • Mamen dijo:

      Siempre tan animoso y escribiendo bonito,como dices ,siempre p’alante cuidate !!!
      hemen denok ondo biloba berri bat daukagu eta beste bat sai
      muxuak
      mamen

  4. bego valvulerianorte dijo:

    Para adelante Martín….y que te siga viendo tan positivo como siempre, se necesita más gente como tú. Son muy bonitas tus palabras, ánimo y mucha fuerza.

  5. José Ramón (Geduki) dijo:

    Aunque me comentaste tu experiencia por teléfono agradezco haber leído tus palabras. Son la consciencia del renacer. Renacemos en cada segundo de nuestra vida. Pero nos hace falta ser conscientes de ese renacimiento. ¿Cuántos sucesos nos han pasado rozando sin apenas darnos cuenta?
    Gracias por compartirlo y por tenerte cerca.
    Geduki

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